En muchas tribus africanas unas grandes caderas son consideradas algo clave para tener una vida familiar feliz. En la antigua China a la hora de elegir una novia se debía tener en cuenta el tamaño de las caderas y la pelvis. Mikel Rufinelli, la mujer con las caderas más grandes del mundo, hubiera sido un buen partido en esas culturas.
Sin embargo la moderna moda occidental impone un diferente estándar, modelos delgadas con una figuras juveniles son veneradas en todo el mundo, y sus figuras tipo "reloj de arena" producen complejos a mujeres de medio planeta. Sin embargo, esto no afecta a Mikel Rufinelli, una mujer de 39 años de edad residente en Los Ángeles, Estados Unidos.
Mikel simplemente está encantada con sus caderas, unas caderas que son las más más grandes del mundo, ya que su volumen es de 2 m 54 cm.
La estadounidense tienen un marido que la quiere, siente adoración por ella, y sus cuatro hijos también. Por supuesto, su vida no está exenta de problemas: por ejemplo, las puertas suelen ser estrechas para sus medidas y tan sólo puede elegir entre una pequeña selección de ropa, por no hablar del alto costo de los viajes aéreos (tienes que comprar los billetes de dos asientos, lo cual es bastante caro).
Dondequiera que Mikel va, se convierte en el centro de atención. Deja a las demás mujeres sin habla. Nadie queda indiferente, bien sea con bromas, críticas o admiración.
Ante una pregunta recurrente, que es saber si le gustaría quitarse ese peso de encima y deshacerse de las "deficiencias", Michele dice: "Me siento muy bien con mi cuerpo y no quiero ni pensar en dietas."
Lo que no estoy muy seguro es que eso sea lo mejor para su salud. Sería algo así como llevar constantemente un par de bombonas de butano atadas a cada uno de los lados de nuestra cadera.
Seguramente estarás pensando que ni de broma te sometes a esa tortura. Pues eso, algo más, es el peso que soporta Michele todos los días de su vida. No es algo muy saludable.
Lo que no estoy muy seguro es que eso sea lo mejor para su salud. Sería algo así como llevar constantemente un par de bombonas de butano atadas a cada uno de los lados de nuestra cadera.
Seguramente estarás pensando que ni de broma te sometes a esa tortura. Pues eso, algo más, es el peso que soporta Michele todos los días de su vida. No es algo muy saludable.