Si eres un poco supersticioso, es probable que tengas en casa un objeto que crees que puede estar maldito. En una ocasión una persona me dijo que tenía en casa unos pantalones que no se los pondría nunca más, que cuando lo había hecho sólo le habían ocurrido cosas desagradables.
Por supuesto habrá quien piense que esos objetos no están malditos, que simplemente se trata de una desafortunada coincidencia y el hecho de que le hayan ocurrido ciertas desgracias en presencia de un determinado objeto es una simple coincidencia, sin embargo antes de estar tan seguro echaría un vistazo a las historias ocurridas con los siguientes seis objetos.
1. Máscara de guerra maorí.
La población indígena de Nueva Zelanda, los maoríes, tallaban y pintaban estas máscaras antes de ir a la batalla. Si un guerrero moría, se creía que su espíritu viviría dentro de la máscara. Estas máscaras fueron usadas durante cientos de años por los moríes y los espíritus que supuestamente habitan algunas de ellas aterrorizan a las mujeres, especialmente las mujeres embarazadas, provocándoles mala suerte y daños tanto a ellas como a sus hijos. Un museo británico incluso puso un letrero advirtiendo a las mujeres que no tocaran estas máscaras malditas.
2. Los guerreros de terracota.
Un grupo de agricultores chinos descubrió en 1974 un ejército de soldados de tamaño natural formado por figuras de terracota. Desde ese fatídico día, los agricultores que realizaron tan feliz descubrimiento no han hecho más que acumular desgracias en su vida. Tres murieron muy jóvenes y otro se suicidó. Los que siguieron vivos contrajeron deudas para toda su vida y nunca fueron capaces de disfrutar de tan maravilloso descubrimiento.
3. El hombre de hielo.
Los restos de un hombre que vivió hace 5.000 años fueron encontrados congelados en los Alpes en 1991. En tan sólo 13 años, siete de los trece miembros que componían la expedición que realizó el descubrimiento, murieron. ¿Casualidad?.
4. La piscina del diablo.
La Piscina del Diablo es una piscina natural en la confluencia de tres ríos en una zona rocosa cerca de Babinda, Queensland, Australia. La leyenda dice que una joven mujer se vio obligada a casarse con un anciano de la tribu. La mujer, que parece que no estaba muy contenta con el matrimonio, se fugó con su joven amente. Cuando los encontraron saltó a la piscina mientras llamaba a su amante para que la siguiera. La leyenda dice que el espíritu de la mujer permanece entre las rocas y que aún se oyen sus llamadas a su amante. Desde 1959 se han contabilizado 17 muertes por diversas causas en este lugar. Si, seguramente será otra casualidad.
5. El diamante Hope.
La mala suerte que ha perseguido a los dueños del diamante Hope es legendaria. Su primer poseedor, Jean-Baptiste Tavernier, se arruinó y murió de frío, siendo su cadáver devorado por unos perros. Entre sus posteriores poseedores destacan, entre otros, María Antonieta, esposa del rey Luis XVI de Francia, que decidió portar el diamante y prestarlo a la princesa de Lamballe. Los dos primeros murieron en la guillotina y la princesa murió a manos de una muchedumbre. Tan solo son unos ejemplos, pero la mala suerte persiguió a todos los poseedores del diamante Hope.
6. Monte Uluru
A pesar de estar prohibido, algunos visitantes se llevan de recuerdo rocas y tierra del Monte Uluru, un lugar sagrado para los aborígines de Australia y cuya profanación les supone una grave ofensa, sin embargo, muchos de estos turistas devuelven la tierra o las piedras que se llevaron, ya que dicen que desde que lo hicieron solo acumulan mala suerte.
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