Estas ya clásicas fotografías del "entonces y ahora" se ve a felices propietarios de perros recreando sus días de adolescentes junto a sus amigos peludos.
Como escribía en la primera parte de esta serie, "Creciendo con las mascotas", tan sólo los que hemos tenido la oportunidad de disfrutar de la amistad de un perro o un gato, los entendemos.
Dylan, un bebé de 14 meses junto a su perro, Kobe, un cachorro de 9 semanas.
Diez años más tarde, Dylan es un niño de 12 años y Kobe un precioso perro adulto.
Esta colección de fotografías de niños que crecen junto a sus mascotas ha sido elaborada por el sitio web DogHeirs.com para una sección llamada "Los perros son familia de por vida" en el que muestran las fotos de antes y de ahora de perros son parte de la familia durante toda la vida.
Tara Gregg, de DogHeirs.com, dijo: el lema de 'DogHeirs.com' es "Los perros son familia", por lo que quisimos crear un proyecto que diera a nuestra comunidad una manera de mostrarlo a través de imágenes"
Jóvenes juguetones en 2008.
4 años más tarde. Algo más crecidos.
La fotografía de la izquierda está tomada en 1997, la de la derecha en 2012.
Tres jóvenes hermanos y su perro.
Los mismos hermanos y el mismo perro 14 años más tarde. Por cierto, a veces hay que ver lo que desmejora el paso de los años, y no lo digo precisamente por el perro.
Michele Foster con 11 años con el perro de la familia, Scrappy, siete años más tarde en la fotografía de la izquierda.
5 años de diferencia entre estas fotos de Daniel y su perro Maxi.
Savannah, con 8 años de edad y su cachorro, Sam, con 8 semanas.
La misma pareja, 9 años más tarde. Sam se ha alimentado bien durante este tiempo, sin duda.
Una pareja de hermanos con su mascota.
La misma pareja de hermanos, 11 años más tarde.
Regalo de Navidad. Dos hermanos celebrando su regalo en 2001. A la izquierda, en la Navidad de 2011.
De niña junto a su mascota Sparky.
Pasan los años, la niña se convierte en mujer y el perro un poco más gris.
Jillian y su juguetona mascota, Posie, en sus días de juventud.
Unos años más tarde, Jillian es toda una señorita y Posie tiene menos ganas de jugar.
Juegos infantiles. El perro mira con incredulidad a su joven propietaria.
Unos años más tarde, el perro sigue con la misma cara de incredulidad.