En las condiciones más extremas lo inimaginable puede suceder.
La policía de Siberia está tratando de desentrañar un misterio que ocurrió después de que cuatro amigos salieron de pesca el pasado mes de agosto por la taiga sin fin.
La policía de Siberia está tratando de desentrañar un misterio que ocurrió después de que cuatro amigos salieron de pesca el pasado mes de agosto por la taiga sin fin.
Superviviene: Alexei Gradulenko, 35 años. Foto: Ministerio de Emergencias de Rusia
Lo que le pasó a los cuatro aventureros rusos es un misterio que ahora está empezando a revelar sus secretos. La historia de su odisea de cuatro meses se ha apoderado de su país, con una mezcla de admiración y de horror a partes iguales.
Sin rodeos, los hechos son los siguientes: Dos de los hombres volvieron con vida, uno sigue desaparecido, mientras que el cuarto hombre, Andrei Kurochina, de 44 años, fue encontrado muerto en extrañas circunstancias.
En un principio se supuso que había muerto simplemente a causa del frío extremo. Pero entonces la impactante verdad comenzó a surgir.
La policía descubrió que por el tipo de cortes que presentaba el cuerpo de Kurochina, su carne había sido comida, en un acto de canibalismo, muy posiblemente por su mejor amigo, Alexei Gorulenko y su compañero Alexander Abdullayev, para mantenerse con vida.
Abdullayev, de 37 años, insiste en que comieron partes de Kurochina sólo después de que muriera por causas naturales. Sin embargo, la policía sospecha lo contrario y han puesto en marcha una investigación por asesinato.
En su casa de Volsk, al sur de Rusia, la viuda de Kurochina, Olga, lucha por darle sentido a todo esto, mientras que Gorulenko amigo de su marido está de vuelta con su familia, recuperándose de su terrible experiencia, pero sin querer decir lo que pasó.
"Estoy en contacto con su esposa, pero no con él", dijo Olga. -Su Alexei está vivo - pero, créeme, ella está sufriendo tanto como yo.
"No me atrevo a hablar con Alexei todavía. No estoy preparada para escuchar lo que me pueda decir. Me resulta demasiado doloroso pensar siquiera lo que siento por él."
El superviviente Alexander Abdullaev, de 37 años. Foto: Ministerio de Emergencias de Rusia
"Andrei y Alexei eran íntimos amigos desde hace casi 20 años. Eran pescadores apasionados y con frecuencia se iban juntos".
"Esta vez fueron con otras dos personas que no conocía y eso me preocupaba. Pero yo sabía que Andrei estaba con su mejor amigo, así que pensé que no habría problema. Nunca pudimos imaginar que terminaría de esta manera. "
Al principio los dos supervivientes habían negado que hubieran practicado canibalismo, pero cuando volvieron a la escena del crimen en un helicóptero de la policía, se derrumbó y declaró. "No lo maté.
-Murió de frío después lesionarse en una pierna. Se congeló y murió. Cuando murió comimos parte de él, para sobrevivir. "
Explicó que él y Gorulenko utilizaron un hacha para cortar parte de sus restos congelados, añadió: "Necesitábamos proteínas. Separamos la carne de los huesos y la comimos, lo que nos ayudó a sobrevivir durante diez días."
El verano pasado, cuando Rusia disfrutaba de unos mejores veranos de su historia, Gorulenko y Kurochina Volsk empezaron la aventura que les llevaría a recorrer 4.300 millas en un todoterreno UAZ de diseño soviético.
Alexei Gorulenko, con su esposa Irina, conocía al hombre econtrado muerto desde hacía 20 años
Fanáticos de la pesca, se habían aventurado muchas veces por ríos solitarios, pero nunca habían emprendido una aventura de esa distancia ni tan ambiciosa.
Olga esperaba que la aventura durara un mes, dos a lo sumo.
Ambos hombres eran bastante conocidos en su ciudad. Formaban parte de la nueva clase burguesa, trabajaban como empleados de alto nivel en una planta de cemento en la cercana región de Saratov, lugar de nacimiento de Roman Abramovich.
No está claro cómo, cuándo y por qué eligieron como acompañantes de la aventura a dos desempleados como Abdullayev de 47 años, que había sido carpintero y soldador y el ex minero Viktor Komarov, que había trabajado en minas de oro y que sigue desaparecido.
La participación de Komarov es la razón por la que se sospecha que podía haber otro motivo para el viaje, que sería la búsqueda de oro.
"La última vez que hablé con Andrei fue el 10 de agosto. Dijo que los móviles no tendrían cobertura, ya que estarían demasiado lejos ", dijo Olga. "Yo sabía que iba a estar sin poder entrar en contacto con él durante semanas.
Tenían ropa de abrigo, pero no ropa de invierno, ya que no esperaba estar en Siberia durante el invierno."
Los pescadores rescatados, dentro del helicóptero de rescate ruso.
En su equipaje llevaban su equipo de pesca, dos rifles de caza y trampas para atrapar liebres. También llevaban "un enorme montón de dinero".
Alrededor del 20 de agosto empezaron los problemas. El todoterreno se rompió y Gorulenko y Abdullayev tuvieron que ir a un pueblo próximo a pie a por piezas de repuesto.
Sin embargo, un mes más tarde una catástrofe golpeó al grupo cuando intentaban vadear el crecido río Tarynnakh. El vehículo quedó atascado y cuando los hombres trataron de liberarlo de las rápidas corrientes del río, el vehículo se hundió y perdieron todas sus posesiones excepto las armas, municiones y dinero.
Los cuatro se refugiaron en una cabaña de caza durante varias semanas, hasta que se agotaron sus alimentos.
Lo que sucedió después no está claro, pero parece que no se estaban en peligro.
No parecía que tuvieran problemas si hubieran querido abandonar la taiga, a pesar de perder su equipo de pesca y el vehículo, en el que había dormido a menudo.
Durante este período, se encontraron con cazadores que tenían vehículos y walkie-talkies. Al menos uno les dejó usar el teléfono por satélite.
Andrei Kurochkin, con su esposa Olga, fue encontrado muerto y se comieron parte de él.
'Alexander llamó a su madre por este teléfono satélite a principios de octubre y dijo que estaban todos bien y que volverían en cinco días ", dijo Olga.
"Pero no mencionó una cosa crucial - que habían perdido el vehículo. Si yo lo hubiera sabido hubiera movilizado a las autoridades para que salieran a encontrarlos."
Poco después de esta llamada, las nieves del invierno comienzan a caer mucho antes de lo esperado. Sin embargo, a pesar de la altura que iba alcanzando la nieve parecían no tener prisa por marcharse.
De hecho, podrían haber pagado a los cazadores que se encontraron, ya que no faltaba dinero .
Olga admite que esto no lo entiende: "El tiempo iba contra de ellos, todo estaba en su contra.
Perdieron la orientación e iban en círculos. No tenían ni brújula. Se llevaron un GPS, pero lo perdieron con el coche."
La región en la que estaban pasa de un plácido verano a uno de los inviernos más duros del planeta, con apenas una pausa para el otoño. La situación ahora era muy peligrosa.
A principios de octubre comenzaron a caminar hacia Dipkun, la población más cercana.
Dejaron una nota en casa de un cazador diciendo que se habían refugiado bajo su techo y que se habían comido lo que tenía en la despensa.
Dejaron 3.000 rublos - alrededor de 75 €.
Si hubieran estado convenientemente equipados para el invierno habrían podido llegar a Dipkun sin problemas. Sin embargo fueron encontrados siete semanas más tarde vagando por la taiga a nueve kilómetros de Dipkun.
Ahora se sabe que los cuatro se refugiaron en otro cabaña de caza vacía, cerca del río Daurka, un área descrita por los lugareños como solitario y macabro.
En los últimos años, han sido encontrados aquí siete cadáveres.
Cuando Gorulenko y su compañero fueron rescatados en helicóptero el 28 de noviembre, dijo: 'A Andrei le dolía la pierna y no podía caminar, y Viktor estaba también débil.'
"Nos pusimos de acuerdo para salir de allí e ir a buscar ayuda."
Pero su relato no se sostuvo por mucho tiempo. Cuando la policía llegó a la sombría choza en busca de los otros dos la encontraron vacía.
En el exterior, descubrieron huellas, pero ninguna que condujera hacia el río, ahora cubierto de hielo, la ruta de escape más lógica.
Las huellas les llevaron a un montón de nieve, que ocultaba partes congeladas del cuerpo, con la carne cortada.
Cerca de allí, los investigadores encontraron ropa manchada de sangre y una estaca de madera que podría haber sido el arma homicida.
Cuando se enfrentaron por primera vez con los descubrimientos, los sobrevivientes negaron saber que podía haber pasado.
Cuando le preguntaron a Alexei Gorulenko si se había comido a su amigo, respondió: "¿Cómo puedes decir una cosa así?"
En un caso como este, plagado de misterios, una de las cosas más desconcertantes era la condición física de los sobrevivientes.
'Los médicos se sorprendieron de que no estuvieran peor - no presentaban signos de congelación ", dijo un miembro del equipo de rescate.
"Comían y hablaban entre dientes como respuesta a nuestras preguntas, pero no estaban dispuestos a comunicarse."
La policía ahora se encuentra con un caso muy peculiar.
"Alexander Abdullayev ha admitido que comió carne del cuerpo de su amigo y que lo hizo conjuntamente con Alexei Gorulenko", dijo Dmitri Murashko, quien está a cargo de la investigación.
Sin embargo, el código penal de Rusia no contiene ningún delito de canibalismo. "Ninguno de ellos ha sido detenido, pero ambos son testigos en una investigación por asesinato, dijo.
Ambos hombres niegan enfáticamente que mataran a Kurochina o que tuvieran algo que ver con la desaparición de Komarov.
Las pruebas de ADN y otras pruebas forenses llevan un tiempo interminable en Rusia, lo que significa que la identificación formal de Kurochina - y cualquier pista sobre cómo murió - no es probable que se conozca antes de marzo.
La madre de Abdullayev, Lidiya , de 57 años dijo que su hijo le contó que no esperaban tales nevadas en octubre. Dice que estaba demasiado débil para buscar a Viktor.
"Me dijo lo que Viktor había dicho:" Estoy demasiado débil. No puedo caminar. No me puedo mover. "
"Por favor entenderlo - no fue una decisión fácil".
"No puedo ser juez de lo que pasó. La ley de la taiga dice que el más fuerte sobrevive."
Alexander Abdullayev en el hospital después de su terrible experiencia en el desierto siberiano.
"Mi hijo demostró ser el más fuerte - pero desde que volvió, las lagrimas y una angustia terrible habitan en nuestra casa."
Del mismo modo, Irina, de 22 años de edad, esposa de Gorulenko, dijo: "Apenas lo reconocí. No era más que piel alrededor de sus huesos, sin dientes. Estaba exhausto. Dice que no se comió a su amigo".
Al principio Olga Kurochina simplemente se negaba a aceptar que su esposo hubiera sido víctima de canibalismo. Ahora, después de escuchar a la policía, acepta que se lo comieron. Sin embargo se niega a creer que fuer asesinado.
"No creo que lo mataron. Tiene que haber un motivo para el asesinato y no puedo verlo."
'Andrei era un hombre sano, pero tal vez por el frío padeció ese dolor en la pierna que lo debilitó."
"Pero sigo sin entender lo que pasó después y cómo murió. Es tan difícil ponerse en sus zapatos. No sabemos la metamorfosis que puede sufrir la mente humana por estar en condiciones tan extremas, y nadie lo sabe. "
En su intento de hacer frente a la tragedia, Olga está encontrando consuelo inesperado en los casos de canibalismo que se dieron entre ciudadanos hambrientos y desesperados que se dieron en segunda ciudad de Rusia, San Petersburgo, entonces Leningrado, atrapados bajo el incesante ataque nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
"Ahora estoy leyendo sobre el cerco de Leningrado, dijo. "Para tratar de ayudarme a comprender lo que le pasó a a Andrei."
Una terrible pregunta se me plantea.
¿Que hubiéramos hecho cualquiera de nosotros en un caso similar? ¿Luchar por sobrevivir? ¿Morir antes de quebrantar nuestros valores morales?
