Todo el mundo sabe que a veces es casi imposible conseguir que un niño se duerma, pero si el niño realmente quiere dormir, nada lo detendrá: ni un lugar incómodo, ni la falta de almohadas o incluso la cama, o aunque esté rodeado de ruido o luz.
A continuación puedes ver unas simpáticas fotografías en las que a la izquierda hay a un niño que se quedó durmiendo en alguna situación casi imposible y a la derecha una fotografía de esa misma persona unos años más tarde, en algunos casos muchos, y en la misma postura.
A algunos nos puede parecer imposible que nadie pudiera conciliar así el sueño, quizá porque no nos acordamos de nuestra propia niñez.
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